Un campesino se levanta antes del amanecer para marcar con hierro candente la única vaca que le queda. Es un ritual de dolor y posesión. Un turista marca a un joven en un cabaret habanero y se lo lleva a la cama a cambio de algo de dinero. Son marcas distintas, pero igual de permanentes.
Sandor nació en el campo y fue criado para ser rudo. Cuando llegó a la adolescencia ya capaba y mataba cerdos. Sus hombros anchos, la piel trigueña y los ojos achinados le ganaron fama en el pueblo de "estar bueno". Desde muy joven sintió sobre él la presión del deseo de otros hombres. Era como un permanente aliento pegado a la nuca que lo seguía a todas partes. CONTINUAR EN 14 Y MEDIO CON YOANI
0 comentarios:
Publicar un comentario